Desperté, vi que en la habitación no estaba Noah, Flynn lo habría sacado a pasear.
El rostro del hombre de ayer me vino a la cabeza. Recordé que me había curado torpemente las heridas y se lo había contado a Flynn y Amber. Me estremecí y sentí el dolor de las costillas. Me levanté y me vestí. Salí al balcón y me quedé congelada. Todo giraba a mi al rededor. Colette se puso delante mía.
-No esperaba esto de ti, hija.
-¿Que quieres?-entrecerré los ojos.
-Decirte una cosa, nada mas-al segundo estaba a mi lado,susurrando en mi oreja-¿Que harias con treinta hombres iguales como el que te encontraste ayer? No podrías proteger a nadie...igual que no pudiste proteger a tu padre.
La cogí por el cuello y ella sonrió y desapareció.
Me miré la mano en la que un momento antes había estado el delicado cuello de Colette.
Bajé al salón corriendo y encontré a Amber sentada. Se levantó al verme.
-Parece que has visto a un fantasma ¿Qué ocurre?
Me acerqué a ella hasta estar a centímetros.
-Entrename.
-¡¿Que?!
-¡Tiene que haber algún modo de hacerme más fuerte!
-Pero...
-¡Amber! Si hubiera sido más fuerte ahora mismo Colette estaría muerta...-exclamé mirandola fijamente.
-Bueno...-inclinó la cabeza hacia un lado pensativa.
-¿Qué?
-Creo que es demasiado peligroso.
Cogí de el brazo a Colette.
-Lo acepto, explicamelo.
-¿Y por qué de repente te ha dado por esto?
-¡Soy inútil siendo así! ¡No tengo poder si no hay agua y para controlar la sangre necesito concentrarme y acabo muy cansada!
-Vale,vale. Hay mas gente que ha llevado esa marca que llevas tu.
-¿La cicatriz?
-También es una marca, si aprendes ha ser lo suficientemente hábil, podrías utilizarla a tu favor sin sentir ningún dolor...pero repito que es muy peligroso.
-Enseñame!
-Está bien...
Después de esa conversación cada tarde entrenaba con Amber. A veces eran entrenamientos de concentración pero a veces eran de resistencia. Fuera cual fuera el tipo de entrenamiento era cansado y difícil. Siempre acababa demasiado cansada y dolorida.
Un día estaba entrenando con ella. Tenia que correr llevando una pesada mochila llena de pesados objetos inútilmente pesados mientras intentaba manejar el agua de una vasija y romper unas cuantas botellas lanzando cuchillos. Todo a la vez. Los hombros me dolían y llevaba toda la tarde haciendo toda clase de entrenamientos.
Rompí dos de las ocho botellas y no moví el agua ni un ápice. Pensé en todo aquello que se me escapo, en la vida que no pude salvar, en lo que Colette me ha condenado a ser. En que ahora podría ganar a Colette. Pense en todos los que me importaban; Aarón, Eve, Flynn...
Entonces la mochila dejo de pesarme, las botellas explotaron cuando las miré y el agua empezó a moverse por la habitación descontrolado. Amber cogió un espejo y me lo enseño. Vi mi reflejo. La marca era rojo, como si la lava circulara por ella. Pero no me dolía, sonreí.
Entonces empezó a calentarse, vi en el espejo que empezaba a sangrar donde la marca y el ojo se juntaban. La sangre resbaló por la mejilla.
Amber vino corriendo.
-Te dije que era peligroso...-susurró mientras el dolor se hacía mas notable. Amber me puso la mano en la frente y el dolor remitió, solo por un momento para seguir atormentandome.
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