domingo, 29 de diciembre de 2013

=LIZ=

 Will me siguió mientras corría entre la gente y la nieve. Hice que se le congelara la nieve alrededor de los pies y no pudiera moverse, gané tiempo. Seguí corriendo hasta que llegué a un pequeño bosquecillo nevado, pasé
entre un zarzal, y me corté en las manos y la cara. Al poco rato, llegué a un pequeño lago, moviendo rápidamente la mano, me lancé al agua y aparecí en una fuente, cerca de un aeropuerto, pero donde no había nadie, me imaginé a Will buscándome y se me encogió el corazón, le había hecho daño otra vez. Aunque sabía que no me podía seguir. Esperé un rato, y cuando estuve seca -más o menos- cogí un vuelo a Italia.

EVE

Llegué al lugar del que provenía el ruido y vi a la hermana de Gabi,
se había liberado, me miró, y con una mirada me lo dijo todo, estaba
de nuestro lado contra Colette, nos quería ayudar, era fuerte, estaba
en nuestro "grupo". La cogí de la mano y nos llevé a la casa,
aparecimos delante de Gabi, Flynn, Amber y Mike, en cuanto le
reconoció, Gabi y ella se abrazaron, después de hablar un rato, le
asignamos la habitación de Liz, y unos días después, estaba todo
listo, Colette estaba débil, así que mientras se recuperaba, yo
pasaría todo el tiempo con ellos, Colette no podía retenerme, día a
día, vi como Mike y Yes (no era su nombre, pero ella misma dijo que
esto era como empezar de cero, así que a partir de ahora era Yes)
pasaban muco tiempo juntos, y estaban bastante felices, lo cual me
alegró mucho.
Habían pasado unas cuantas semanas, y ya casi era Navidad, de vez en
cuando hablaba con Liz, y visitaba a Aarón, que era el único que sabia
lo que de verdad ocurría respecto a Liz, a pesar de 

estar en Italia, hacia frío, y aunque las cosas estaban tranquilas,
nos faltaba algo de alegría, por lo que propuse tener una buenas
Navidad, y entre todos, no pusimos a preparar el árbol.
Mientras lo montábamos, pensé en todo lo que había pasado ese año,
había habido muchos cambios, y todos habíamos cambiado, Amber apenas
había cambiado, era bastante alta, y con su pelo negro, cuando se
ponía seria asustaba, aunque ahora se la veía más contenta, llevaba
unos vaqueros ajustados negros, y una camiseta ceñida azul marina,
junto con unos tacones altos, Flynn había crecido, era más alto, y
bastante guapo, Mike había cambiado mucho, era más alto y más fuerte,
y se le veía muy feliz, Gabi también había crecido, físicamente había
cambiado poco, pero se le notaba.... mayor, Yes... era la nueva Yes, y
era guapísima, ahora se vestía como una emo, siempre llevaba la raya
pintada, lo cual le quedaban genial a sus ojos, eran preciosos, verde
claro con pequeñas rayas verde oscuro, el pelo negro y 

largo, (aunque no tanto como el de Amber) y con pequeñas mechas de un
rojo oscuro, llevaba un vestido negro, unas medias transparentes y
unas botas altas negras, estaba guapísima, y por ultimo yo, había
crecido algunos centímetros, tenía el pelo más rojo, largo y ondulado
que nunca, y llevaba un vestido largo, verde claro, y unos zapatos de
tacón negros, si, en definitiva, todos habíamos cambiado.
-¿Eve? ¿Eve me estas escuchando? -me dijo entonces Gabi
-¿Qué? Perdona, estaba....
-En tu mundo, lo sé. Te decía que si sabes donde está la estrella.
Miré el árbol, casi terminado, y negué con la cabeza.
-¿Y qué hacemos sin estrella?- preguntó Mike
-¡Eh! He dicho que no sé donde está, no que no pueda conseguir una-
dije con una sonrisa traviesa, cerré los ojos, y el momento tenía una
estrella en las manos, era divertido ser la única que podía hacer eso.
-Bueno, ¿y quién quiere colocarla?- dijo Flynn.
-Yo creo que lo debería hacer Yes- dije, esta se sonrojó un poco, y
la colocó- Bueno, ya está todo listo para esta navidad.

Sonreí mientras Gabi me rodeaba con un brazo. Me habría gustado
quedarme allí más tiempo, pero tenía cosas que hacer.

jueves, 26 de diciembre de 2013

=LIZ=

Había pasado un tiempo desde que había empezado a buscar a Will. Hasta que al final descubrí que se habían mudado desde la última vez que estuve en Londres.
Encontré la casa de Will y sentí mi corazón acelerarse y temblar a mis piernas. Cogí aire mientras creía que el corazón se me iba a salir del pecho. Abrí la verja y fui caminando lentamente hasta las escaleras, las subí despacio y llamé a la puerta. El estómago se me estaba encogiendo, la puerta se abrió y Will salió a la entrada. Sin darme cuenta estaba en sus brazos apretandome a él como si la vida me fuera en ello.
-Estás bien, estás bien- repetía una y otra vez en voz baja.
Will me apartó.
-Er...perdona, ¿te conozco?
Me quedé con la boca abierta.
-¿Co-como?-tartamudeé.
Miré a la ventana que había al lado de la puerta,  me reflejaba, forcé la vista y la vi,  allí estaba Will y...otra chica, con el pelo castaño claro y los ojos marrones,  era muy guapa. Lo comprendí y empecé a pensar en un plan para despedazar lentamente a Eve.
-Oh...perdona creo...que me he confundido-dije casi en blanco ¿y ahora? ¿que hacía?  ¿irme sin más?
Una mujer de cabello canoso entró por la puerta.
-¿Ocurre algo, William?
Will la miró y sonrió.
-No, mamá, es una compañera de clase, se llama eh...-me miró buscando una respuesta.
-Adrianna, Adrianna Bassi, vengo de intercambio de Italia,  encantada de conocerla.-le dediqué una sonrisa cariñosa.
-Oh...y ¿Qué querías?
-Es un trabajo de clase, mamá- dijo Will- Por favor, pasa- me dijo.
Entré en la casa callada, no sabia que hacer, me habían engañado.  Will me guió hasta su habitación,  me hizo pasar y cerró la puerta. Me senté en una silla en el escritorio,  con la mirada perdida. Will se puso de rodillas a mi lado, apoyándose en mis piernas y cogiéndome las manos. Por dios, me había tomado por una loca, se estaba copadeciendo de mí, tratándome como a una enferma metal.
-¿Te encuentras bien? ¿Donde está tu familia?
Will me miraba con compasión, como a una loca, genial.
-Oh...eh...-negué con la cabeza,  pues las palabras no me salían.
Él me acarició la mano y yo le solté.
-¿Crees....qu-que estoy...loca?- le pregunté.
-Por supuesto que no- respondió sonriendo.
-¿Y por qué me has dejado pasar?
Will calló.
-Crees que estoy loca -sentencié.
-Loca no es malo.
-Para muchos si.
-Para mí no.
-Para los demás si.
Desvíe la mirada y el alma se me cayó a los pies, sobre el escritorio había una foto nuestra, de Liz y Will a los catorce años. Unos niños con la carita aún un poco redondita, la niña no sonreía,   el niño en cambio sí lo hacía. Me fijé,  sí,  la niña sí sonreía y miraba de reojo al niño.  Sentí ganas de llorar, antes todo era diferente,  era feliz con la vida que tenia.
-Es una amiga- dijo Will haciéndome volver al mundo real.
-Parece muy aburrida y sosa.
-Puede parecerlo pero en realidad es la mejor persona que he conocido.
<<Quizá es que no has conocido a suficientes personas>> pensé pero no fui capaz de decirlo.
-Siento que me hayas tenido que meter en tu casa, ahora mismo me voy- dije mirándolo. Me fuí a levantar pero el me retuvo.
-No, me caes bien ¿te puedo llamar Adri? 
Yo asentí.
-Gracias.
-Bueno, si vamos a ser amigos tienes que contarme cosas de ti.
-Vale. Pues me gusta el az...-recordé que no podía ser Liz, ahora era Adri- el verde, el verde, me gustan los gatos y la nieve. Te toca.
-Me gusta el azul, el mar y hacer sonreir a los demás.
Luego estuvimos una hora contandonos gustos y experiencias, las mías,  inventadas. En medio del cuestionario la madre de Will entró diciendo que ella y el padre irían a comprar.
-¿Ya somos amigos?-dije al fin.
-Claro.
Will se levantó, miró por la ventana y luego sonrió.  


-¿Te gustaba la nieve no?
-Si- me levanté yo también pero no me dejó verlo. Me cogió la mano y bajamos corriendo las escaleras hasta el patio de atrás. La nieve estaba cayendo y el suelo se había llenado con un manto blanco, me quedé maravillada, hasta que sentí un frío helador en la espalda,  me giré y vi a Will en posición de tirar una bola de nieve. Sonrió y yo me agaché, cogí una bola gigante y se la tiré,  empecé a reirme. Will había caído al suelo y se levantó,  cogió dos bolas y estuvimos haciendo una batalla de bolas durante unas dos horas, cada uno tenia su fuerte de nieve. Al final salté mi fuerte y fui corriendo hasta él, que estaba a punto de dispararme, salió de la nada tan de repente que me choqué con él y los dos caímos al suelo. Will estaba a medio centímetro de mí y mi corazón me pidió que lo besara,  que le dijera la verdad,  mi boca se acercó más a él y Will no se movió, había cerrado los ojos ¿esperaba que lo besara? Si solo lo conocía desde hace un día,  quiero decir, solo conocía a Adri desde hace unas horas. Luché contra mi voluntad y me levanté.
-Creo que es hora de irme,  además estoy empapada y necesito cambiarme antes de que coja algún resfriado o algo peor.
-Te acompaño a casa.
-No hace falta.
-Insisto.
-Haz lo que quieras.
-Pero antes tienes que cambiarte- dijo Will en voz baja.
-No es necesario.
-Si no te cambias claro que cogerás algo.
Acepté. Los dos fuimos a la habitación de Will, la ropa de su madre me quedaría muy grande, así que cogió de su propio armario un jersey negro, unos vaqueros y una chaqueta de cuero. Salió de la habitación cerrando la puerta y dejándome intimidad para cambiarme. Me quité mi jersey empapado y lo doblé en un lado, me puse el jersey negro, me quité los pantalones chorreantes y fuí a coger los de Will pero se me cayeron debajo de su cama, me agaché para cogerlos pero mi brazo no llegaba. Entonces la puerta se abrió.
-Por cier...-Will se quedó callado y rojo como un tomate,  le miré y me di cuenta de que estaba en una posición en la que se me veía todo y marcaba todo, me dí la vuelta corriendo y el jersey tapó hasta hasta mis muslos.
-¿Qué decías?-dije ruborizada.
-Debería haber llamado- murmuró Will con la mirada fija. Meneó la cabeza- digo que podrías cenar ya aquí.
-Oh no quiero ser molestia.
-No lo eres -ahora Will miraba a todos lados menos a mí.
-Está bien.
Will cerró la puerta corriendo,  y yo metí la pierna debajo de la cama y conseguí sacar los vaqueros, me los puse y luego las botas. La verdad es que me quedaban muy bien.
Al rato cuando llegaron los padres de Will cenamos, después el chico me acompañó hasta la posada donde dormía y me dijo que si quería dormir en su casa, que no pasaba nada.
-No quiero tu compasión,  creerás que estoy loca y soy pobre pero no quiero tu compasión.
-No te compadezco, te intento ayudar.
-Oh..gracias.
-¿Hasta mañana?
-Hasta mañana...gracias por todo.
-De nada, adiós.
Will se fue y esa noche dormí perfectamente.
Pasó el tiempo y ya era navidad,  me negué a dejar a Will,  nadie me esperaba en Italia, Aarón estaba con Eve,  seguramente nadie me echaba en falta y además,  todo era más fácil con Will. Una mujer entró en mi cuarto diciendo que tenía una llamada para mí, sabía que era de Will.
Bajé corriendo.
-¿Si?- dije en seguida.
-Esta noche es Navidad...¿quieres cenar con nosotros?
-Me haría mucha ilusión...¿seguro que quieres que vaya?
-Claro que sí.
-Pues mil gracias,  allí estaré.
-Vale, a las seis, acuérdate.
-Allí estaré.
Me arreglé,  no había encontrado el modo de volver a ser yo pero tampoco lo quería.
Era mucho más fácil ser alguien más, alguien sin impotancia.
No me gustaban los vestidos, pero Will me había regalado uno verde y blanco precioso. Me lo puse y me miré al espejo, viéndome a mí,  no a Adri,  aunque estaba aficionándome a ser la chica italiana  desorientada y sin familia que  vivía en una posada. Ya era la hora y estaba anocheciendo. Fuí corriendo hasta casa de Will, llamé a la puerta y el apareció, estaba radiante y con una sonrisa deslumbrante. Tuve que retener las ganas de besarlo.
-Te estábamos esperando.
Sonreí y pasé dentro, Will me cogió de la mano y me llevó al comedor, estaba Mary, la madre de Will, John, el padre, Susan, la tía, Arthur, el tío y Sarah, su prima. Todos eran lindos y amables,  ya los había visto en otras ocasiones.
Will me puso una estrella en la mano y me susurró al oído.
-Solo una estrella puede poner a otra.
Sonreí y me dirigí al gran árbol,  no llegaba asi que Will me subió a caballito de imprevisto,  solté una carcajada y puse la estrella. Bajé y le miré.
-Muchas gracias a todos.
Cenamos y reímos,  contamos chistes. Después Will me llevó al patio, a pesar de que estábamos a muy bajas temperaturas,  no tenia frío. Will señaló hacia arriba, colgado de el techo del porche, había muérdago. Will sonrió y yo le devolví la sonrisa.
Sabía la tradición, y quise besarlo, pero luego me di cuenta de lo que pasaba, se había enamorado de Adri, y Adri no existía. Will me besó y yo lo acepté, se lo devolví pero luego me aparté.
-No puedo- dije.
-¿Por qué?
-Es que...no soy quien crees.
-Eres Adri, mi mejor amiga, y te amo.
-No, no, estoy loca, no puedes ser mi amigo -al final el tema de que estuviera loca me vino bien- en cualquier momento seré agresiva, te olvidaré,  te haré daño. Mis alucinaciones harán que te pase cualquier cosa.
Will me cogió por los hombros.
-Yo estaré ahí para recordarte quien soy, y para que no te sientas sola.
-No, William,  no lo entiendes.
Salí corriendo, lo había vuelto a hacer,  había vuelto ha hacerle daño,  solo pensaba en mi misma. Tropecé en los escalones del porche delantero y seguí corriendo.
<<Feliz Navidad, Will>>pensé.

sábado, 7 de diciembre de 2013

EVE

El hechizo no solo hacia que Liz y yo pudiesemos comunicarnos telepaticamente, sino que había cambiado el aspecto de Liz, y la habia vuelto practicamente inlocalizable, no estaba muy orgullosa, pero era por su bien, sabia que no se intentaria ocultar. Entonces pensé en Aarón, que debia de estar solo con Colette, y decidí teletransportarme alí, aunque debía reconocer que me asustaba un poco, el me habia ayudado cuando me habia hecho falta. Estaba apunto de irme cuando escuché unos pasos, me asomé y vi a Gabi entrar en nuestro cuarto. No sabía porque, pero no me quería acercar a él, intentando no hacer ruido escribi una nota con la letra de Liz, dejando claro que estaba bien, y que me habia ido sola, que no queria que me siguieran y que estaria bien.  Aparecí al lado de Aarón, Colette ya no estaba allí. -¿Que tal estas?- le dije cuidadosamente, no tenia buen aspecto, a saber lo que le había hecho Colette para que se pusiera así antes.
  Aarón se echó hacia atrás y estuvo a punto de caerse si no se hubiera sujetado con la espalda en la pared, me puse a su lado.
  -Aarón ¡¿Que te pasa?!-dije asustada. Él se llevó la mano al vientre
como si le quemara, se quitó la camiseta de un tirón y grité, en su
vientre había mucha tinta, formaban palabras sin sentido y Aarón
parecía sufrir.

 -Co...Colette, el hechizo..., ya... no, no se puede, volver atrás- dijo Aarón, apenas tenía fuerzas y le costaba hablar.


Intenté transmitirle parte de mi fuerza, pero apenas le sirvió. Entonces escuché un ruido en una habitación cercana, dejé a Aarón tumbado en la cama recuperandose y fui corriendo a ver que pasaba.