viernes, 26 de abril de 2013

EVE

Frustración, eso es lo que sentí cuando Liz se fue, encima de fingir no recordarlo, y de no ayudarme, me reprochaba no tener control sobre mí misma, ¿qué sabía ella de mí, de mi vida, qué derecho tenía para juzgarme? Sin darme cuenta puse las manos sobre la hierba, al instante, solo quedaron cenizas. No lo pude evitar y me fui corriendo, Gabriel me debió de ver, porque cuando me subí a uno de los árboles más frondosos del patio para poder esconderme y llorar tranquila le vi de repente a mi lado, por lo visto sabía trepar.
Sin decirme nada me abrazó, y así pasamos el resto del recreo, en silencio, abrazados en ese árbol, entonces me dí cuenta de lo que esto significaba, Gabriel se había, enamo... de... pero... no podía ser... si nos habíamos conocido hoy...
Supongo que después de todo en algún momento tendría que olvidar a Xavier y seguir con mi vida, sentía que Gabriel era el adecuado para ello, así que gire la cabeza y le miré fijamente a los ojos, el inclinó la cabeza hacia mí y me besó. Después de aquello bajamos del árbol y volvimos a clase.
Cuando llegué a clase, de la mano de Gabriel, Liz ya estaba sentada y con una sonrisa burlona en la cara.
-¿Te sientes mejor?- Me dijo.
 Me sonrojé un poco, y le respondí:
-Sí.
 -Genial-dijo con indiferencia sacando su cuaderno y su boli negro.
 -¿Y tu que tal?-le pregunté-¿Qué vas a dibujar ahora?
-A Aarón
-¿Perdona? ¿He oído bien? Eso solo puede ser por dos cosas, o le vas a dibujar de brujo o a alguien le gusta alguien-le dije al oído con una sonrisa pícara.
-Si quieres conservar tus dientes mejor que te calles-dijo con una sonrisa.
-¿Eso es que sí?¿Te gusta Aarón?
 -N..no lo sé...¿Es necesario hablar de esto?
-Puede
 
-Por que yo no he dicho nada de Gabi, eh, pillina-dice sonriendo.
-Jajaja si tu hablas yo hablo...

=LIZ=


  Cuando le hice eso a Aarón la clase revivió por un momento, con sonrisitas y pequeñas carcajadas e incluso una de esas muecas de profesores que tanto me gustaba provocar, dibujé una sonrisa rebelde en mi cara, vi como Olimpia me miraba con ira, yo la guiñé el ojo irónicamente y la tiré un beso.
Después de la ridícula nota en la agenda y un aviso de parte me volví a sentar con todas las miradas de la clase posadas en mí. Miré a Evangelyn.
-¿Después de la clase hablamos?¿en el recreo?
  -De acuerdo, jajaja, me tienes que decir que a sido eso, ¿y no te molesta ni un poco una nota y un aviso de parte?
-No me importan las notas
 -¿Y eso? ¿No se enfadarán contigo tus padres?
 -No tengo padres-dije sin ninguna flaqueza en mi voz
-¿Qué les pasó?-dijo en un tono serio

-Nada que te importe-dije cerrando de golpe el cuaderno y mirando fijamente a la puerta, hasta que unos segundos sonó la campana, esbocé una sonrisa torcida y salí corriendo hacia el recreo.
-Espera Elisabeth-dijo pero hice como si no la oyera.
Ya allí todo era verde y bonito, bueno me habría fijado en todo eso de no haber aparecido el tío más feo que ha existido en el mundo.
 -Hola, guapa-me dí cuenta que era el que se había acercado antes a Eve.
-Vete-dije alto y distante.
-¿Tienes novio?
-¿Quieres ir al hospital?
 El chico se me acercó más, yo no me aparté, no me moví un ápice.
-¿Tienes novio?-dijo, tenía un aliento fétido.
-Osea que sí quieres ir al hospital, ¿verdad?
 -Vamos, preciosa, será divertido.
-Estoy segura-dije con mi sonrisa torcida, puse un pié detrás de los suyos y de un golpe seco en el vientre cayó de culo. Yo me reí con todas mis ganas, él se levantó y corrió hacia mí, yo me agaché, él no se paró y cuando hizo contacto conmigo hice un movimiento cogiéndolo por una pierna y un brazo y lo lancé hacia el otro lado.
-Tienes razón, fue divertido-le dije con una sonrisa.
Aarón estaba cerca riéndose del tío del suelo, yo lo miré y le guiñé un ojo, no sabía por qué había hecho eso pero me giré y me fui, de repente Eve apareció delante, yo le señalé un lugar apartado con hierba y nos sentamos ahí.
-¿De que quieres que hablemos?
-Pues de que va a ser, de lo que sabes, y de lo que le has hecho a Aarón
 -¿Qué le he hecho a Aarón?-dije con mi sonrisa torcida.
     - Algo     que has hecho que de un salto y un gritito, te han puesto una nota en la agenda y un aviso de parte por eso ¿recuerdas?-dijo con ironía, no me fiaba del todo de ella.
  -Es solo una nota en la agenda y Aarón no se ha enfadado-dije con máxima indiferencia

  Ya, pero que es lo que as hecho, bueno, no me gusta ir con rodeos, como puedes controlarlo, yo causo desgracias importantes, casi siempre tienen que ver con descargas eléctricas, pero no lo puedo controlar, enséñame a hacerlo.
-¿Y qué es lo que he hecho?-dije alzando una ceja
 -¿No lo sé, por algo lo pregunto no crees?
 -En serio, no se de lo que hablas¿Qué he hecho?
.Mira bonita ya me estás cansando, habla de una vez-dijo con mal genio
  -Chao-dije levantándome con una sonrisa y andando hacia donde estaba Aarón-cuando tengas más control sobre ti misma llámame.
-¿Que? ¡No! Vuele- la oí pero ya me había ido.

EVE

Se fue tan deprisa como había venido, nos llamaron para entrar y nos llevaron a una gran sala, allí empezaron a decir quien iba en cada clase etc, descubrí que la chica se llamaba Elisabeth Jackson, iba a 4º B conmigo, también llamaron a las pijas de antes, la jefa se llamaba Olimpia Alapin, iba con nosotras, pero por suerte sus amigas iban a 4ºA, y por desgracia había un montón de desdobles en lo que casi seguro me tocaría con ellas.
También fueron a nuestra clase los chicos mas guapos y menos idiotas, al menos en apariencia
había un tal Gabriel Gabbana que parecía hecho para mí, un poco después de a Elisabeth llamaron a Aarón García idéntico a ella en la expresión, no había conseguido mi objetivo de unirme a las pijas, pero por lo menos intentaría pasar desapercibida, me senté en una de las mesas del fondo junto a las ventanas, Aarón era español, pero llevaba varios años en Italia porque conocía a Gabriel, se sentaron delante mía y entonces me dí cuenta de que los asientos eran de dos en dos, resoplé no pensaba tener problemas con Gabriel y Aarón, parecían majos, pero esperaba no tenerlos con quien se sentase a mi lado. 
Entonces un tío con pinta de payaso creído se acercó a mí para sentarse a mi lado, Gabriel se acercó a mí, me dio un beso en la boca y le dijo a ese tío que yo estaba con él. En ese momento llegó Elisabeth y se sentó a mi lado, ya que era el único sitio libre.
Antes de darme tiempo a pegarle, Gabriel me pidió perdón, y él y Aarón me hablaron de ese tío, me dijeron que solo buscaba a las chicas guapas que veía para llevárselas a la cama, que no le importaban nada los sentimientos de la gente, y que la única forma de que dejase a alguien en paz era sabiendo que tenía pareja, aunque a veces no funcionaba. Mientras todo eso ocurría la tutora entró en la clase y Elisabeth sacó un cuaderno y un boli negro, pensé que iría a tomar apuntes, aunque lo que hizo fue ponerse a dibujar a Olimpia y a su amiga la bruja, aunque supongo que a su manera, pues las dos iban vestidas de brujas con verrugas.
Le felicité por el dibujo con un susurro y vislumbré lo que creo que era una especie de sonrisa.
La miré y le pregunté directamente: 
-¿Por qué?  
-¿Por qué qué?
-¿Porqué eres así? Me alegro de que las apartases pero hay algo, tienes algo raro. Algo, diferente.
-No soy de ningún tipo- dijo y volvió a dirigir la mirada a su cuaderno.
-¿Porque hablabas con ellas?- me preguntó sin mirarme.
-Para ser una de ellas- le respondí.
-¿Quieres ser una de ellas?-su tono era una mezcla de un poco de enfado e incredulidad.
-Sí
-¿Por qué?-levantó la vista y me miré con los ojos grises interrogantes.
-Porque lo necesito si quiero dejar de ser la niña rara.
 -No hay nada de malo en ser como en realidad es la gente.
-Sí, si eres como yo
 Volvió a mirar al cuaderno, indiferente.
-Yo sé de lo que hablo.
-Yo también, hay cosas que es mejor esconder.
-Y que lo digas-dijo dibujandole unos cuernos al dibujo de Olimpia.
-¿Qué quieres decir con eso?
-Se lo que te ocurre...Tienes que controlarte, eso me ocurría a mí...
-Como lo sabes-lo dije seria nada impresionada
-Ya te lo dije, sé de lo que hablo.
 Bien pues dime de que hablas, vamos a poner las cartas sobre la mesa.
-Vamos a ponerlas cuando no nos vigilen-dijo haciendo un sutil movimiento de cabeza hacia delante, donde Aarón y Gabriel se mantenían callados, obviamente, escuchando nuestra conversación.
Le cogí el boli y escribí en la mesa ``D'acord´´
Ella sonrió minimamente.
Con los labios formó la palabra "observa".
Se fue hacia delante en la silla, hacia donde estaba Aarón, pasó delicadamente un dedo por su espalda, formando una linea, el saltó del susto y pegó un gritito, ella se rió con ganas. Yo también me reí, hasta que me paré a pensar, y, algo preocupada, le dije:
-¿Qué le has hecho?
Ella únicamente sonrió y volvió a su cuaderno.

=LIZ=


Después de sonar la campana vi a un grupo  de pijas hablando con la chica que había visto antes, la de la camiseta de verano. Me la quedé mirando, mirando como la que parecía la jefa del grupo le tocaba el pelo. Después su mano se acercó peligrosamente a su cara, eche a correr hacia ellas y sin saber como, aparté a la chica y con la otra mano le cogí el brazo a la pija, deteniendo su golpe. La miré a los ojos, vi su sorpresa.
   La apreté mas fuerte en el brazo, sintiendo como mis uñas se clavaban en su carne.
  -Fuera-susurré con la voz mas fría que sabía hacer. La verdad es que sé imitar los sentimientos perfectamente pero esa vez no tuve que fingir.
Ella se quitó de mi agarre un poco asustada, se giró hacia su  ejército de chicas pijas perfectas.
  -Vayámonos- dijo ella un poco alterada, yo sonreí. Me giré hacia la chica de la camiseta de verano y fingí ahora de verdad una mirada de hielo. Ella apartó la mirada y yo me giré para irme.
-Gracias-susurró ella con una dulce voz, era americana, como yo, reconocí el acento a la perfección. Me paré en seco, tragué saliva, miré por encima de mi hombro hacia ella
-De nada-dije gélidamente y me fui.

EVE

La campana sonó, era hora de entrar, localicé mi objetivo, las chicas más populares y repugnantes para mi. Si me unía a ellas pasaría por una más y no sería la rarita otra vez, en eso me servía mi aspecto. Supongo que os preguntareis que porque no dejo de decir que soy rarita bueno, es simple, porque me pasan cosas raras las veo, las oigo, las siento, las provoco, dependen de mi estado de ánimo... por eso viajo tanto y allá a donde voy, marco el lugar con una nueva catástrofe. Espero batir mi record en un instituto, siete meses, sí, la gente de Washinton DC era maja, les costó cabrearme, ahora estoy probando en Italia, me gusta Italia, tiene varias de mis cosas favoritas: las pizzas, la pasta la música, un montón de escritores fantásticos...no sé que seré de mayor, supongo que mayor, aunque me encantaría ser fotógrafa o bióloga marina, son mis sueños, aunque amo el mar la única vez que pude nadar en él (que fue en el Caribe)- me atacó un tiburón, grité debajo del agua y todo se electrocutó, el tiburón y toda la gente que aún estaba en el agua murieron, creo que causé un tsunami, a eso me refiero con cosas raritas.
Seguía nadando en mis recuerdos cuando una de las pijas se me acercó, tenía un aire de jefa, supuse que no venía para decir buenos días. Tenía que evitar que me viese como una amenaza. Porque si no me esperaba otro año (o mes no se lo que duraré aquí) de rarita, cuando llegó a mi lado ya me palpitaba la sien de las ganas que tenia de alejarla de mí. Entonces empezó a hablar con su asquerosa y agudísima voz, sinceramente no la escuché, estaba ocupada mirando a una de sus amigas que más bien parecían sus criadas, era rubia pero de un rubio horrible, y no dejaba de reírse como una idiota, al ponerse roja daba la impresión de que su pelo se volvía verde, parecía una bruja, entonces la que se me había acercado me miró con cara de `` ¿¡Pero me has escuchado!?´´
No pude evitar decir : ¿Me lo puedes repetir por favor?
No era mi voz, intentaba hablar como ella con su horrible acento ruso - ¿os había mencionado ya que le tengo manía a los rusos? no es nada personal solo que mataron a mi hermanita por que creyeron que era yo-.
Entonces alargó una mano para tocarme el pelo, dí un salto hacia atrás sin querer, la última vez que alguien me había tocado el pelo fue cuando... no, no quiero hablar de ello
Me repitió, imitando mi voz sin darse cuenta de que yo la había imitado a ella antes: 
Decía que como te llamas, bonita- esto último lo dijo con tono sarcástico y no lo pude evitar, la cagué desde el principio. Le dije: 
Evangelyne, Eve o Evy para los amigos, para ti y tu grupo de amigas Evangelyne siempre- se lo dije con un tono que demostraba lo mucho que las odiaba. Entonces alargo otra vez la mano, pero esta vez no iba a mi pelo, si no a mi cara.

=LIZ=


Era el primer día de clase, otra vez a fingir prestar atención. El año pasado había sido bastante popular, no preguntéis por qué, al parecer a la gente le gusta que la insulte.
Estaba de camino al instituto, me dirigí a la puerta de atrás, donde esperaba a que el timbre tocara para ir a las clases.
Una chica estaba allí, de pie. Me la quedé mirando un segundo, no me gusta que me pillen mirando a gente muy detenidamente, es de psicópata . Era pelirroja y era bastante guapa, ni gorda ni delgada. Llevaba una camiseta ajustada y fina,era septiembre y hacía siete grados como mucho, debía estar muy mal de la cabeza para llevar solo eso.
Por cierto, no me he presentado, soy Elisabeth Jackson, soy rubia (con el pelo casi blanco) y una mecha roja brillante. Tengo los labios quizá demasiado rojos (es color natural) y unos ojos grises que es la verdad lo único que me gusta de mí, por mucho que los demás crean que soy bonita, yo no lo creo, mi único rasgo que considero bonito son mis ojos grises con tonos azulados en algunos lados. No me gusta que me manden, soy rebelde, finjo perfectamente cualquier sentimiento, puedo ser tan adorable como cruel. Soy muy irónica, fría, distante, calculadora a veces y siempre me comporto como una creída, pero la verdad es solo para que sepan que no soy débil, que no pueden conmigo. Nunca he mostrado verdaderos sentimientos hacia nadie y no creo que lo demuestre nunca.
La campana para entrar en las clases sonó.

EVE

Normalmente creeríais que esto es mentira, bueno haya vosotros, yo solo os diré lo que de verdad ocurrió...

Era el primer día de instituto, no conocía a nadie, genial, la segunda en llegar, no podía ser peor, con el frío que hacía, hasta entrar... tal vez los shorts no habían sido una buena idea, bueno aquí me tenéis, quejándome del frío, que inocente ¿no? Pero claro, era lógico, no tenía ni idea de lo que me esperaba, supongo que debí fijarme mas en aquella chica que había allí, la única aparte mía. Tenía el pelo de un rubio-plateado, y una gran mecha roja en él, vestía mas o menos como yo, camiseta ajustada y vaqueros (ella había sido lista y no había llevado shorts) era bastante guapa, y tenía un halo de misterio que la envolvía, por si acaso decidí no acercarme a ella. Este año me había prometido a mí misma ser normal y no la rarita que solía ser, porque en eso mi belleza no me ayudaba, estaba dispuesta a dejar de ser la rarita de todos estos años, por eso no me acerqué a ella. Aunque si que vi, que me observaba detenidamente, vi sus ojos, eran grises, eso me trajo recuerdos y aparté la mirada.


Por cierto, creo que no me he presentado me llamo Evangelyne Blair, Eve o Evy para los amigos, tengo 16 años, soy pelirroja, mucho, y mis ojos son color miel. Me gusta vestir con camisetas ajustadas, coloridas. Soy rebelde, no me gustan la reglas, ni que me ordene nadie lo que hacer, voy directa al grano y digo lo que pienso. Tengo un pasado queme atormenta, sueño con un futuro que no se si llegara, pero vivo en el presente, me da igual lo que la gente piense de mí, pero no tengo ganas de meterme en más líos, soy muy susceptible, y enseguida me pongo a la defensiva, me han herido y han herido a las personas que quiero, por eso soy así por fuera, fría distante, en realidad no soy así, en realidad soy amable, simpática, sensible, es cierto que tengo una vena rebelde, y la amo, pero este año quiero aparentar lo que me haga falta para no ser una rarita, aunque tenga que ignorar mi rebeldía, conocí una vez el amor, pero prefiero no hablar de ello. Bueno, esa soy yo.