miércoles, 29 de mayo de 2013

EVE

Cuando desperté, estaba en una habitación, de hombre, tumbada en la cama, empecé a temblar y no precisamente de frío, ¿a alguien más le parece esto un dejavu?
No era la de Gabriel, de eso estaba segura.
Aunque esta vez no tenía miedo ,estaba tan cabreada que era capaz de matar a la primera persona que entrase por esa puerta.
Entonces, vi un destello de pelo rubio oscuro y Flynn entró, en la habitación.
Vale, mejor a la segunda que entrase.
Me giré y vi a Liz sentada en una silla mirándome con odio.
Entonces Flynn dijo:
-¿Que tal mis bellas durmientes? ¿Aún no se han matado la una a la otra?
Liz y yo reaccionamos a la vez, con un vete a la mierda que le arrancó a Flynn una sonrisa.
-Bien, bueno Eve ahora mírate en el espejo.
-¿Tan mala pinta tengo que no te atreves a decírmelo a la cara?- dije con una sonrisa sarcástica
-¿Qué...? No.. yo no...
-Déjalo, ya voy.
Me miré en el espejo y vi que tenía un pequeño símbolo blanco en el cuello, me sonaba mucho, creo que significaba... aire. Eso explicaba muchas cosas.
Liz se levantó y se puso detrás mía, y pude ver también su reflejo.
Me asusté al ver que tenía una ... ''cicatriz'' negra en la cara. Como si fuera tinta, una línea un poco curva le cruzaba desde la mitad de la ceja izquierda, se paraba en el comienzo del ojo y continuaba debajo de este mas o menos hasta la mejilla.
Ahogué un grito al verla y le dije a Flynn que solo veía una marca que significaba aire (o eso creía) en el cuello.
-¿Que es lo que tiene Liz?


Una cicatriz mágica, su madre se la hizo al intentar robarle los poderes.
Liz no mostró ningún sentimiento que mostrara miedo, desconfianza o un simple escalofrío al recordar lo horrible que debió de ser eso que su madre le hizo.
-Respecto a ella... también sois parecidas en aspecto.
Liz miró a Flynn con enfado. Supuse que era por la cara que me había puesto.
-Oye, asesina con miradas, ni que hubiese mentido. Relájate un poco.
 Liz sonrió y se notó que era una sonrisa falsa. Se giró hacia Flynn.
-Charla de chicas ¡Fuera!-dijo empujándolo fuera de la habitación.
Liz puso el pestillo se giró y de pronto me dio un puñetazo en la cara, vi que le empezaba a sangrar la nariz del golpe que me había dado. Flynn intentó entrar pero no pudo.
Yo estaba demasiado sorprendida para decir nada.
-No te mato porque se lo prometí a Flynn y por que si no nosotros también moriríamos.
Se volvió a girar y abrió el pestillo. Flynn se precipitó dentro de la habitación un poco preocupado.
Flynn nos dijo que estaba harta de nuestras tonterías, que o nos llevábamos bien, o se ocuparía de hacernos sufrir. A las dos, después de eso me presentó a su amigo (el otro que vivía en la casa) y me curaron la nariz.

=LIZ=

Flynn y yo derrumbamos a esos tipos, todos tenían alguna quemadura seria. Nos fuimos corriendo 
-Una cosa, ayer...cuando me enfadé, la lluvia paró.
-Si
-Se paró toda.
-Es tu poder principal, cada uno tiene uno diferente, la electricidad aparece siempre pero el que de verdad controlamos es el segundo que aparece. Yo puedo hacer fuego, tu puedes controlar el agua.
De repente el brazo me empezó a doler, me aparté la camiseta rápidamente para impedir que la sangre la manchara.
-No me han tocado-dije. Miré a Flynn que se apartó la chaqueta y dejó ver una herida idéntica a la mía.
-Pero a mí sí.
Entonces lo entendí, entendí por qué a veces me sentía mal y entendí por qué Flynn hizo un gruñido cuando mi tobillo se dio contra la farola.
-Lo que te pasa a ti...
-Me pasa a mí y viceversa -completó él.
-¡Oh! ¡Mi tobillo! Lo estuviste soportando todo el tiempo. Me lo deberías haber dicho.
-No me habrías dejado ayudarte.
-Tienes razón-dije sonriendo.-¿Donde crees que hay agua?-dije.
Flynn señaló los canalones del agua, con lo que llovió ayer, seguro que estarían llenos. Me concentré en el agua, cerré los ojos, levanté la mano suavemente y hice un movimiento hacia abajo, abrí los ojos. El agua flotaba en frente mía.Hice un movimiento hacia delante y el agua hizo contacto con la herida de Flynn.
-Impresionante-dijo FLynn soltando un suspiro de alivio. El agua comenzó a brillar y sentí que la herida me dejaba de doler, retiré él agua e hice que cayera. Los dos comenzamos a caminar como si nada hubiese pasado.
Después de que descubriera que podía manejar el agua como se me antojara, caminé con una sonrisa.
-Y...por ejemplo ¿yo puedo hacer fuego como tu?
-El agua es el contrario del fuego así que te costaría mucho y por ejemplo si quisieras hacer aire te costaría bastante pero menos .
-Genial.
Después de eso fuimos sonriendo por unas callejuelas, una ventolera muy violenta nos arrastró hacia atrás. Yo me tapé mirando hacia otro lado y poniendo las manos en cruz delante de mi cara.
-Eso no es natural-murmuró Flynn.
-Creo que ya sabemos la especialidad de Eve-dije con una sonrisa sarcástica.
-Vamos corre, esa era mucha energía, puede estar herida, y si le pasa algo nosotros también lo sufriremos.
-Vale, vamos -dije, pensando que como me ocurriera algo por culpa de esa chica, la mataría, aun que yo también muriera.Llegamos corriendo a la casa de Gabriel y vi a Eve tirada en el suelo, maldije a esa niñata estúpida justo cuando se me empezó a nublar la vista.
Me acerqué a Eve pero no miré como se encontraba, al ver que ella no me preocupaba, Flynn se acercó a ella y miró su estado.
-Tiene fiebre, ha acabado mucha mas de la energía que tenía. Necesito que la ayudes. 
Yo hice una mueca.
-Está bien pero que conste que solo lo hago para que nosotros dos estemos bien.
Me giré hacia las casas donde estaban los canalillos del agua, con un suave movimiento del brazo hice que el agua bajara y flotara ante mi, me giré hacia donde estaban ellos y haciendo un movimiento giratorio con el dedo hice que el agua hiciera el movimiento.
-Aparta-le dije a Flynn.
-Es impresionante-dijo mirando el movimiento del agua.
-Lo sé-le sonreí. Flynn se apartó y yo avancé, con el agua haciendo círculos encima de mi dedo indice.
Me arrodillé al lado de Eve y la puse la mano en la frente, el agua me la envolvió y comenzó a brillar. Suspiré e intenté darle energías y mejorarla. Después de unos diez minutos traspasándole mi energía, me levanté de su lado con la mano en alto para que el agua no cayera, miré atentamente el líquido. Quizás pudiera...si, tenía que intentarlo. Me concentré todo lo que pude en el agua, en el fluir del agua, cerré los ojos, cogí aire y lo solté, abrí los ojos, el agua estaba congelado.
Llevamos a Eve a casa de Flynn.
Estábamos en la habitación y Eve no despertaba, Flynn salió un momento de la sala pero entro al momento con un espejo enorme que dejó en un lateral.
-¿Un espejo?

-Es un espejo mágico.
-¿Responde cosas?-pregunté sarcástica.
-Ojalá. No, en realidad lo que hace es mostrar como es el ser en realidad, si tienes alguna marca mágica, una cicatriz mágica, hechizos...
-¿Y que quieres?
-Quiero asegurarme de que no tienes nada de eso-Yo me encogí de hombros-¿estás preparada?
-Si -dí un paso hacia delante con la vista baja, suspiré y poco a poco subí la vista por el reflejo, llegué desde los pies hasta el cuello. Por el momento todo era normal. Alcé la barbilla y me miré el reflejo de la cara, ahogué un grito.  Como si fuera tinta negra, una línea un poco curva (como si fuera una media Luna) me cruzaba desde la mitad de la ceja izquierda, se paraba en el comienzo del ojo y continuaba debajo de este mas o menos hasta la mejilla. Lentamente subí mi brazo y con dos dedos mi pasé la mano por la gruesa línea negra.
Flynn se acercó y me puso la mano en el hombro.
-Es una cicatriz mágica, es como si fuera realmente un tatuaje, no hay ninguna incisión en la piel ni nada que te deforme la cara, este tipo de cicatrices son así pero también significa que algo horrible debe haberte pasado. ¿Sabes que puede ser?

Repasé mis recuerdos uno a  uno, hasta que recordé, recordé el dolor.
Tenía cinco años, mi madre había intentado robarme los poderes, ahora sabía que era eso, eran mis poderes por lo que me había hecho eso pero había fallado y como marca eso me había quedado.
-¿Esto lo ve alguien?-pregunté en voz baja a Flynn.
-Solo las criaturas mágicas.
Voy a salir ¿te puedes quedar a vigilar a Eve sin matarla?
-Lo intentaré-dije-pero no prometo nada-terminé levantando las manos. 
Me senté en una silla y intenté recordar más sobre el día que Colette me hizo la cicatriz

lunes, 27 de mayo de 2013

EVE

Estaba muy enfadada con Flynn por lo que me había llamado, pero Liz, no podía creer de verdad que me hubiese intentado matar, tal vez si que era un monstruo como su madre. Y Gabi, no podía creerme que le hubiese dejado solo sabiendo que nos seguían, tengo que volver enseguida, no le puedo poner en peligro, ni a el ni a su familia.
Tarde, pensé en cuanto vi humo, fui corriendo y apartando todo lo que había en medio con una rapidez y una fuerza sobrenatural.
Cuando llegué vi a una señora con el pelo casi blanco, como Liz, era alta y bastante guapa, al menos vista por detrás.
Llevaba un traje negro, ajustado, y era muy parecida a Liz, bueno Elisabeth, porque para mí Liz había muerto.
Se giró y me miró con sus ojos de hielo, en los que se reflejaba el fuego de la casa de Gabriel. Oí llegar a los bomberos, pero supe que no llegarían a tiempo, me adentré en el fuego y vi a Crystal y a la hermana de Gabi, intentando respirar a pesar del humo. Empecé a correr sin darme cuenta y en un instante estábamos las tres lejos de allí. Entonces Colette me miró y sonrió malignamente. Enseguida entendí que Gabi no estaba allí, y que probablemente no le volvería a ver... con vida.
Colette se aproximó a nosotras y Crystal y su hija empezaron a temblar más rápidamente todavía. Entonces Colette dijo:
-¿No hechas en falta a alguien?
-Te diré donde se esconde Liz si les dejas en paz a los tres.
-Tengo una idea mejor, ¿que tal si tu trabajas para mí, y si eso te digo donde está Gabriel?
-¿Si eso? -mis ojos llameaban de ira.
-Tu eliges, ¿aceptas o no?
-¿Y que trabajo sería?
-Hummm, nada que no hallas hecho antes, piensa.
-He hecho muchas cosas, y bastante desagradables, ¿que quieres, convertirme en tu princesa de hielo, la que no tiene piedad y mata a todo el mundo? Si pasase eso, yo estaría bajo tu poder y me podrías obligar a matar a Gabriel, y el trato se rompería, ¿que te crees, que soy tonta? -Dije, entonces sentí un fuerte dolor en el brazo, y vi como empezaba a sangrar.
-No te daré mas pistas, o aceptas y le salvas, o te niegas y -hizo el típico gesto de pasarse el dedo por la garganta- ya entiendes.
Me sentía impotente, e intente canalizar todo mi odio y toda mi energía hacia Colette, ella no se dio cuenta hasta que lo tuvo junto a ella, un tremendo huracán había surgido de la nada y se había materializado a su alrededor, y lo más extraño, lo controlaba yo, procuré no destrozar nada,  hasta que me dí cuenta de que mi huracán solo hacía daño a Colette. El huracán se la llevó volando, y yo me desmayé.
Dormida tuve una visión:
<<Eran Liz y Flynn, contemplando un huracán colosal, entonces Liz decía, irónicamente claro.
-Creo que ya sabemos la especialidad de Eve.
-Vamos corre, esa era mucha energía, puede estar herida, y si le pasa algo nosotros también lo sufriremos.
-Vale, vamos -dijo Liz, un poco más seria.>>
Enseguida me vi sumida en una espiral de sueños y pesadillas de mi vida, como cada noche.
Cuando desperté, estaba en una habitación, de hombre, tumbada en la cama, empecé a temblar y no precisamente de frío, ¿a alguien más le parece esto un dejavu?

viernes, 24 de mayo de 2013

=LIZ=

Desperté en una habitación. Todo lo que había pasado me vino a la mente como un golpe bajo y me volví a enfadar. Me levanté y sentí un punzante dolor en el tobillo. Había otra ropa encima de una silla, era una camiseta de tirantes con otra camiseta de cuadros azules y unos vaqueros. Me cambié rápido y me dejé la camiseta de cuadros abierta. Me hice una coleta alta con mechones sueltos y me la até con un coletero que siempre llevo en la muñeca.
-¡Flynn voy a matarte!-grité. La puerta se abrió y un sonriente Flynn apareció.
-Buenos días a ti también. ¿como has dormido, bella durmiente?
-Si no me hubieras intentado electrocutar no habría dormido.
-Pero habrías matado a Eve ¿Verdad?-su sonrisa se borró-lo habrías hecho.
Yo asentí un poco después.
-Tienes que controlarte-dijo seriamente.
-Si hubiera mantenido la boca cerrada nada habría pasado pero se ve que no puede estar callada, normal que fuera la marginada de la clase, es una bocazas-dije muy enfadada, no pensaba con claridad, en realidad nunca habría dicho eso pero cualquier cosa que hiriera a Eve en ese momento era bueno para mi.
-En cambio tu eres popular, eres "la chica de hielo" ¿verdad? la chica irónica, divertida y fría que le mola a todos los tíos ¿en serio eso te gusta?
-No me calientes-le advertí.
-¡¿En serio te gusta eso?!-dijo irónico y se le dibujo una sonrisa de oreja a oreja. Mis labios se crisparon en una sonrisa. Cogí un cojín y lo golpeé sin fuerza.
-Eres un idiota.-dije divertida, ese chico era capaz de hacer que sonriera pasara lo que pasara.
-¿No vas a preguntar donde está?-dijo el otra vez serio refiriéndose a Eve.
-No me importa.
-Oh vamos, sois amigas.
-No lo somos, no tengo amigos.-Flynn se llevó una mano al pecho y fingió penosamente sentirse herido.
-¿Que soy entonces?
-El chico que me electrocutó-dije con una sonrisa.
-Me conformo-dijo con otra sonrisa.
Él estaba apoyado en la puerta y esta se abrió. Flynn se cayó hacia delante y caímos al suelo. Un chico entró en la habitación y saltó con la mirada de Flynn a mí.
-Tio, avisa cuando traigas compañía.- Flynn se quitó de encima en seguida y nos levantamos corriendo.
-No somos...-dijimos los dos a la vez y nos miramos, nos echamos a reír a coro.
-¿Y se puede saber quien eres?-dije yo al chico de la entrada con el pelo castaño y ojos oscuros.
-Podría decir lo mismo, reina-dijo, parecía que a todos les apetecía burlarse de mí. Flynn sonreía apoyado en otra pared.
-Un consejo, Mike : no la cabrees.
-¿Por qué?
-Yo solo aviso-dijo levantando las manos con una sonrisa.
-¿Y bien?-dije yo.
-Soy Mike, un amigo de Flynn. Te toca.
-Soy Liz...
-Es amiga mía-me cortó Flynn
-Ya..."amiga"-dijo carcajeándose Mike.
-Estás idiota-dijo Flynn
-Coincido-dijo Mike.- ¿desea algo la rubia para desayunar?-dijo mirándome.
-No me llames rubia.
-Venga, no me vengas con esas ¿Desayunas o qué?
-Hecho-dije sonriendo.
-¿Que quieres?
-No hace falta que lo hagas tú-dije sonriendo amablemente.
-¡Eh!-dijo Flynn- tú eres la que no se ofrece a ayudar a nadie, no nos cortes el rollo-dijo sonriendo.
-Como queráis-me encogí de hombros.
Mike me preparó un desayuno inmenso y lo mejor es que estaba delicioso.
Nos quedamos Flynn y yo solos en la habitación.
-¿Qué hacemos, mi capitán?-dije sonriendo.
-Tenemos que encontrar a Eve, tu decides como vas, si a pie o inconsciente-dijo con una sonrisa maliciosa.
-Andando-dije yo.
-Jura que no la intentarás matar.
-Lo juro.
-Júralo por algo.
-No tengo nada por lo que jurar, no tengo nada que perder, nada valioso.
-Pues júralo por mí.
-¿Tu eres valioso?-dije resistiendo la risa.
-Exactamente, estoy muy bueno.-dijo con una sonrisa de oreja a oreja.
-Eres un pretencioso-dije yo sacándole la lengua.
-Y tú no ¿no?
-Yo no digo que estoy buena, ni si quiera lo pienso.
-Pues ya te lo digo yo.
-Eh..¿gracias?
-Respuesta acertada. Ahora toca ir a por Eve, reina.
-Vale.
-Primero jura- yo puse los ojos en blanco.
-Juro por Flynn Hole que no intentaré matar a Eve-dije resoplando.
-Estupendo-dijo levantándose y me tendió una mano. Yo se la cogí y los dos bajamos unas escaleras, apoyándome en Flynn mi tobillo dolía mucho menos. Llegamos a la calle, hacía sol. Tras pasar unas cuantas callejuelas Flynn se paró en seco.
-¿Qué pasa?-pregunté alarmada.
-Problemas-dijo mirando en todas direcciones.-quédate detrás de mí.
-Ni en broma-dije sonriendole y poniéndome en una posición de combate que había aprendido muchos años atrás, cuando aún vivía con mis padres e iba a Karate.
Muchas figuras nos rodearon.
-¿Qué es esto?-dije susurrando a Flynn.
-Vienen a por nosotros, quieren que trabajemos para ellos y quien dice trabajar se refiere a ser los esclavos de esta gente.
Los hombres se lanzaron hacia nosotros y yo conseguí canalizar la energía y hacer que salieran chispas de mis manos. Flynn, con llamas en las manos y yo con rayos nos lanzamos también contra ellos.


EVE



-Cuando te encontré había un tipo intentando ... algo no sé el que, le intenté apartar de ti y me pegó, después te traje aquí.
Me fijé en su nariz, rodeada de sangre seca y sentí una punzada de dolor en el estómago, ya habían hecho daño a alguien que me importaba.
-Descríbeme a esa persona -dije con una voz mas seria de lo que me habría gustado.
-Pues era... alto y fuerte, aparentaba unos 19 años, el pelo era rubio oscuro y los ojos... verdes, con motas amarillas.
Me quedé helada, ya que esa descripción encajaba a la perfección con el chico con el que yo llevaba soñando desde niña.
Entonces Crystal entró por la puerta, y dijo que había un chico y una chica preguntando por mí. Fui fuera y le vi, al instante lo supe todo de él, menos que hacía aquí, incluso supe lo que le había pasado a Liz.
Le di un fugaz beso a Gabriel en la boca y me fui con ellos.
Liz iba a hablar pero le corte en seco, hecho que le sorprendió, aunque enseguida sonrió.
-Se lo de Colette -le dije cuando nos hubimos alejado de la casa.
-¿Cómo...?
No le dejé terminar.
-No sé, pero lo sé.
-Bien pues antes de haber salido pitando podrías por lo menos haberme dejado pedir una camiseta -dijo Liz señalándose la camisa rasgada, con una expresión un poco enfadada, pero con ella nunca se sabía lo que en realidad le rondaba la cabeza.
-Oye que no es mi casa.
-Pero es tu novio -dijo guiñándome un ojo.
- No lo es, esa palabra no existe para mí -dije muy seria, ese era un tema que Liz no tenía permiso para tocar, si no quería morir electrocutada. Debió de pillar mi indirecta, porque se calló de inmediato.
 -Chicas...bueno cada uno tiene su pasado y cada uno decide si se habla de él o no.
Liz que se había apoyado se soltó de Flynn.
-¿¡Y tu que sabes de la vida!? ¡Puedes ser mayor que yo pero no sabes nada! -Explotó Liz y luego se dirigió a mí- Y tu eres una llorica, ¡esta mañana mismo te he tenido que salvar el culo de esa pija! Así que no os atreváis a darme lecciones y tú -se dirigió de nuevo a Flynn- no vuelvas a creer que sabes mas que yo, chico de fuego ¿vale?
-Primero, si no sabes lo que ha pasado una persona desde que nació, no la juzgues, tu no sabes nada de mí que yo no te haya dejado saber, segundo, te creerás muy lista guapa, pero no eres nadie, y tercero, lo del fuego ya lo sabía, por si querías impresionar a alguien con tu inteligencia -no quería haber sido tan borde, pero es que esta chica me sacaba de quicio, estaba harta de que la gente me juzgase, y no pensaba permitir que lo hiciese alguien como ella.
Liz caminaba cerca de una pared y estaba que echaba chispas, parecía a punto de explotar, se giró y le metió un puñetazo a la pared con toda la mano llena como de pequeños rayos eléctricos.
-¡Eres una niñata estúpida! -dio una patada al suelo y todo el agua que estaba cayendo se paró en seco. Se giró y comenzó a andar en la otra dirección.
-Y me lo dice la que huye de su madre.
-Mi madre mató a mi padre delante de mi. -Se giró con una mirada de ira y corrió en mi dirección. Estaba a punto de cruzarme la cara cuando unos brazos la envolvieron.
Flynn le estaba abrazando.
-¡Suéltame!-gritó la chica. Flynn no aflojó el agarre y después de varios intentos fallidos Liz sollozó un poco, solo un poco y consintió el abrazo de Flynn.
Después se soltó y mostrándose indiferente ante mi siguió andando.
-En vez de apenarte por eso, yo que tu procuraría no parecerme a ella, porque si sigues así no vas por buen camino.
-Ella es un monstruo -me respondió enfadad de verdad.
-Pues a eso me refiero -le respondí con sequedad.
Liz apartó de un tirón a Flynn de en medio y se lanzó contra mi. Al momento estaba apoyada contra una pared alzada del suelo unos centímetros. Liz me sujetaba por la garganta apretando y dejándome respirar poco. Flynn intentó apartarla pero Liz con el otro brazo lo empujó como si fuera una pluma y apretó el agarre.
Los ojos de Liz llameaban de ira.
-Lo dice una niña que no se atreve ni a recordar a su novio.
-Así solo demuestras que tengo razón, que eres un monstruo, mátame si quieres, no te va a servir de nada, aparte de para ser una asesina oficialmente. Yo he matado a gente sin querer, tu lo haces por placer, como tu madre. -Escupí cada una de esas palabras con el desprecio mas grande que podía sentir.

 -¡No le digas eso!-me gritó Flynn.
Liz estaba a punto de matarme de verdad. El chico se intento acercar a Liz.
-Si te acercas, la mato.
-Liz por favor, escúchame, no lo hagas. Eve es una metomentodo, lo sé, para, la vas a matar.
Liz me apretó más mi garganta. Flynn se acercó a Liz a la velocidad del rayo y me soltó, el estaba sujetándole los brazos.
-Esto es por tu culpa, Eve, -dijo Flynn enfadado- ¿¡no podías quedarte callada!?
Liz se volvió a soltar y Flynn le tocó la espalda. Liz cayó al suelo inconsciente, Flynn la había electrocutado o algo así, la cogió en brazos y la llevó así.
-Si yo soy una metomentodo, ella ya ni te cuento -le dije con sarcasmo- y no, no podía, prefiero morir demostrando que tengo razón. Y aparte, tu no tienes porque ser mi niñera, se cuidarme solita, llevo 16 años haciéndolo. Quédate con esta... lo que sea y enséñale a controlarse un poco, que lo necesita, yo me las puedo apañar, estoy acostumbrada a ser la invisible, la que no le importa a nadie -después del discursito, empecé a andar, y usando un nuevo poder que sentía en mí, logre inmovilizar a Flynn con la mente, para que no fuera detrás mía.

=LIZ=


De repente un escalofrió me recorrió, me aparté de Aarón mirando hacia otro lado...yo sabia perfectamente que no era capaz de querer a alguien como Aarón creía, el no sabía que aunque quisiera yo no podía confiar en nadie, el no sabía que lo único que yo le haría sería daño.
-No puedo-tartamudeé ¿sería verdad que Aarón había conseguido romper la barrera de hielo que envolvía mi corazón?. No me quedé allí a averiguarlo. Salí corriendo como alma que lleva el diablo. Empezó a llover con fuerza....mezclándose con las lágrimas. Me prometí una vez que no volvería a llorar por alguien y no pensaba romper mi promesa... Me limpié las lágrimas y giré en un cruce para ir por una callejuela para encontrarme con el chico al que Aarón había dado un puñetazo un rato atrás y para mi sorpresa...no iba solo. Otros tres grandullones lo acompañaban-¿Esa es la chica de la que hablabas?-preguntó uno de ellos. De repente todas las fuerzas se me escaparon.
-Si, esta buena ¿verdad?-Dijo el tío de mi clase.
-La verdad es que sí-dijo el que estaba al lado del que había hablado primero."Mierda" pensé. El de mi clase se acercó y me empujó, no me caí de milagro, había una pared tras de mí así que me apoyé ahí.
-Conmigo podrás pero con todos no-me cogió del cuello de la camiseta y de un fuerte tirón me la rasgó, quedando como si fuera un chaleco.
"¿Qué me pasa? ¿Por qué no hago nada? ¡¿Por que demonios no me puedo mover?!"El chico puso la mano en el botón de mi pantalón y gracias al cielo recuperé las fuerzas, le dí un puñetazo tan fuerte que cayó al suelo. Los otros dos se abalanzaron, uno se ganó un puñetazo en el estómago y otro una patada en el pecho. Solo quedaba uno...y con la poca fuerza que habían mostrado los demás sería bastante fácil. Vi que tenía moratones de alguna pelea reciente en la mejilla. Me miró con una sonrisa maliciosa.
-Cuando quieras, reina-dijo escondiendo la risa.
Me cabreó, me cabreó y mucho. Fui a golpearle en la cara pero me cogió el puño y me retorció la mano. Yo dí un grito y con la otra mano le apreté los moratones, el se echó hacia atrás. No me quedé a ver que sucedía. Comencé a correr con el corazón desbocado. Parecía que lo había perdido pero ya no me fiaba. Con ese entretenimiento resbalé y me caí en un charco. Una corriente de dolor me surcó el tobillo. Un papel que comenzaba a empaparse cayó delante mía, me puse de rodillas y lo leí con horror.
          "TE ENCONTRÉ"
Miré en todas direcciones temiendo que en algún lugar ella estuviera esperando. Comencé a correr de nuevo haciendo muecas cada vez que me apoyaba sobre el tobillo izquierdo, que parecía que se me había torcido. Mirando para atrás crucé la calle y me choqué con algo evidentemente vivo.

-Mira por donde vas, rubia.
Un chico que me miraba con una sonrisa irónica. Era alto con el pelo rubio oscuro y me quedé mirando sus ojos eran tan...extraños pero a la vez preciosos, eran verdes con motas amarillas. Me hubiera gustado partirle la cara pero no tenía tiempo.
Me levanté y le miré enfadada.
-¿Algún problema?
-A parte de que se te ve todo...nada.
"Quizá si tenga tiempo para unos cuantos golpes..."
-Quita de en medio, niñato
-Me parece que no.
Sin saber como, aquel chico me cogió en brazos.
-¿¡Qué haces!? -le grité.
-Salvarte, no hace falta que me lo agradezcas-dijo irónico.
-No lo iba a hacer
-Lo sé. 

-¡Ahora bájame de aquí!
-Elisabeth, he visto a Colette.
Se me heló la sangre.
-¿Qué?-conseguí tartamudear.
-La he visto, si sigues corriendo en esa dirección la encontrarás, y estoy seguro de que un reencuentro tan bonito no te parece bien.
-Pues déjame en el suelo y me iré en otra dirección.
-¿Con un tobillo torcido?-rió el chico- dudo mucho que llegases a cruzar una calle sin que Colette te alcanzara.
Sin dejarme contestarle comenzó a correr mucho más rápido de lo normal. Me agarré con las manos a su cuello.
-Gracias...-le susurré al oído.
-De nada, rubia
-No me gusta que me llamen así.
-¿Y si te llamo albina?
-No soy albina
-Pues ve acostumbrándote a "rubia"
-Por cierto, tu lo sabes todo de mi...
-Todo -dijo él.
-Pero yo no sé nada de ti.
-Mi nombre es Flynn Hole, tengo 19 años. Tengo poderes como tu y lo sé todo a cerca de nuestro mundo, perdí de vista a mis padres hace tiempo. ¿Contenta?
-Bastante-dije sonriendo, Flynn no había parado de correr tan rápido como lo hacía normalmente, nos acercamos peligrosamente a una farola, mi tobillo chocó con ella, Flynn hizo un gruñido bajito y yo di un gemidito.
-Lo siento.
-No pasa nada.
Flynn miró hacia los lados. No había nadie en las calles.
-Esto no me gusta -dijo bajito.
-¿Qué ocurre?
-Los matones que te atacaron antes...se acercan.
-Oh vamos, eres más mayor que ellos.
-No quiero que te vuelvan a hacer daño
-¿Como sabes...
-Luego
En la calle aparecieron cuatro figuras. Flynn me bajó al suelo lentamente.
-Quédate detrás mía.
Yo asentí. Las cuatro figuras se acercaron. Los chicos fueron reconocibles al fin. Sonreí al ver que al que le había dado el puñetazo (el de mi clase) le sangraba la nariz y los demás estaban doloridos, menos el que me había retorcido la mano.
-La habéis liado -sonrió Flynn y corrió en dirección a los muchachos. De la mano de Flynn surgió fuego, yo dí un grito ahogado y los otros chicos se aterrorizaron.

EVE

Recogí mis cosas y me fui, sabía que aún no era la hora, que había sido Liz, pero me daba igual, fui por la puerta trasera, y vi a Liz y a Aarón... ocupados, me fui corriendo, a una velocidad que sobrepasaba mi energía, noté un frío hilillo de agua congelada que se deslizaba por mi mejilla y enseguida noté el sabor a sal en mis labios, eso me pasaba a veces, era muy débil y lloraba sin querer, se me empezó a nublar la vista por las lágrimas, pero no me detuve, seguí corriendo sin saber a donde, escuché el claxon de un coche y un insulto en italiano, unos minutos después y paré a ver donde estaba y a secarme las lágrimas. Me encontraba en un callejón oscuro, entonces empezó a llover, me hice un ovillo en el suelo y lloré por todo, desde el fatídico día de mi nacimiento hasta este mismo día, busque en mi recuerdos y solo encontré uno feliz, pero demasiado corto. Me quedé dormida, sollozando entre sueños y pesadillas.

Escuché un ruido y me desperté, no estaba en la calle, sino en una habitación, de hombre, tumbada en la cama, tapada con una manta, empecé a temblar y no por frío precisamente. Entonces una mujer de unos 40 años entró en la habitación, y me habló como si me conociese de toda la vida.

-Hola querida, soy Crystal, la madre de Gabriel, me dijo que te vio acurrucada en un callejón oscuro, y estaba diluviando, así que te trajo aquí.

Entonces me dí cuenta de que no llevaba puesta mi ropa, sino la de... no sabía, parecía de chica, pero no le pagaba a la madre de Gabriel, alomejor tenía una hermana. Me puse roja enseguida, pero su madre me dijo:

-Tranquila Evangelyne, yo te he puesto la ropa y quitado la mojada, la mía no ``era de tu rollo´´ según mi hija, así que llevas algo suyo.

-Puede llamarme Eve señora, y gra... atchus. Huy, lo siento.

Si antes estaba roja ahora debería de parecer un tomate.

-No pasa nada Evan... Eve. Estuviste mucho tiempo bajo la lluvia. Gabriel está fuera, ¿le digo que ya has despertado, o prefieres descansar un poco antes?
-Dígale que pase por favor.
-De acuerdo.
Crystal se fue y la oí hablar con Gabriel.
-Cariño, ya ha despertado, dice que quiere verte.
-Zzzzzz... ¡Qué!¿Eh?¡¿Ya?!
Gabriel entró.
-Hola Eve, que... que tal estas.
-Bien supongo, ¿que pasó exactamente?
-Pues...

miércoles, 8 de mayo de 2013

=LIZ=



De repente el horrendo chico al que tuve que dar una paliza en el recreo apareció de la nada, me cogió del cuello de la camisa y me levanto de un tirón. Yo me había sorprendido y estaba preparada para darle una patada donde mas le dolía a los chicos cuando misteriosamente Aarón apareció y le dio un puñetazo en el estómago, el tío raro me soltó.
-¿Es tu chica?-pregunto como si no le doliera el golpe, cosa que se veía a simple vista. Aarón me cogió de la cintura y me acercó  él.
-Por supuesto que lo es y como te vuelvas a acercar a ella saldrás mal parado. No porque yo te haga daño, ella es suficiente para enviarte gravemente herido al hospital
 El chico hizo una mueca y se alejo, estaba claro que no me iba a dejar en paz, bueno, esperaba que tuviera tarjeta sanitaria, seria muy malo para los padres tener que pagar las operaciones de cara que tendrían que hacerle a aquel tío. Me gire para volver a sentarme, Eve me miraba sonriendo  pícaramente y pude ver lo que quería decir "Te lo dije"
 Me di cuenta de que Aarón no me había soltado. Me gire para mirarle, tenia unos preciosos ojos verdes esmeralda que me miraban, el estaba frente a mi y por un momento el mundo se paro, solo estábamos el y yo, sabía que algo me ocurría, no podía ser amor, no podía... Me separé de él, fingiendo una mirada de hielo que hizo estremecerse a Aarón, me solté de él y me senté. Eve me miraba conteniendo una risita.
-¿Algún problema?
-No, no, nada- aunque no lo pudo evitar y empezó a reírse.
 -¿Te hace gracia algo?-mi mirada era glacial y desafiante, la verdad, me molestaba que fuera otra persona la que se reía.
 -No nada nada- aunque lo intentaba disimular,se le escapaban risitas
-Púdrete.- la solté y volví la vista al cuaderno, empezando  a dibujar a Aarón, la verdad es que se me daba bastante bien dibujar, hice a Aarón idéntico.
 -Gracias, da gusto tener compañeras tan amables como tú
 -De nada, carió.- dije "Cariño" con ironía, para que dejara claro que estaba empezando a odiar la conversación  y que ese adjetivo no era cierto en absoluto.

Entonces bufó y se acerco todo lo que pudo a la ventana para alejarse de mi
Me empezaba a cansar de la clase, no se porque pero podía controlar ciertas cosas con la mente...como la electricidad, como lo que le había hecho a Aarón. Miré a la campana y me concentré, al momento sonó, todo el mundo se levanto para irse a casa, la profesora no había llegado, había tardado realmente media hora pero necesitaba salir ya. No quería hablar con Eve. Salí pitando de allí, no quería cruzarme con nadie conocido. Cerca del muro de la salida de atrás estaba él, sonriente. Aarón me cogió el brazo al ver que pasaba de largo.
 -¿Te ocurre algo?-pregunto, algo preocupado, cuando lo mire a los ojos, no lo mire mal, simplemente le mire a los ojos...cosa que no había hecho desde hacia años, desde...no, no quería recordarlo.
-Estoy bien, solo que necesito estar sola.-Necesitaba decirle a aquel chico lo que sentía  esas emociones tan genial que me producía.-Oye, ya se que solo nos conocemos hoy pero...
Aarón me clavo contra el muro de piedra con su cuerpo y puso mis labios en mi cuello, mi corazón se estaba acelerando...
-¿Pero?-dijo el, notaba como sonreía, no lo pude soportar, con mis manos a cada lado de su rostro, guié su boca hasta la mía.  Fue una gran explosión de sentimientos. Quería mas..y mas...Pero aparté los labios para coger respiración, estaba jadeando. Aarón permanecía presionándome ligeramente al muro. Un calor subió a sus mejillas, eso no podía pasar, yo era experta en hacer desaparecer sentimientos, entonces no pude, solo sentí que me sonroje y luego de nuevo los labios de Aarón...