viernes, 24 de mayo de 2013

=LIZ=


De repente un escalofrió me recorrió, me aparté de Aarón mirando hacia otro lado...yo sabia perfectamente que no era capaz de querer a alguien como Aarón creía, el no sabía que aunque quisiera yo no podía confiar en nadie, el no sabía que lo único que yo le haría sería daño.
-No puedo-tartamudeé ¿sería verdad que Aarón había conseguido romper la barrera de hielo que envolvía mi corazón?. No me quedé allí a averiguarlo. Salí corriendo como alma que lleva el diablo. Empezó a llover con fuerza....mezclándose con las lágrimas. Me prometí una vez que no volvería a llorar por alguien y no pensaba romper mi promesa... Me limpié las lágrimas y giré en un cruce para ir por una callejuela para encontrarme con el chico al que Aarón había dado un puñetazo un rato atrás y para mi sorpresa...no iba solo. Otros tres grandullones lo acompañaban-¿Esa es la chica de la que hablabas?-preguntó uno de ellos. De repente todas las fuerzas se me escaparon.
-Si, esta buena ¿verdad?-Dijo el tío de mi clase.
-La verdad es que sí-dijo el que estaba al lado del que había hablado primero."Mierda" pensé. El de mi clase se acercó y me empujó, no me caí de milagro, había una pared tras de mí así que me apoyé ahí.
-Conmigo podrás pero con todos no-me cogió del cuello de la camiseta y de un fuerte tirón me la rasgó, quedando como si fuera un chaleco.
"¿Qué me pasa? ¿Por qué no hago nada? ¡¿Por que demonios no me puedo mover?!"El chico puso la mano en el botón de mi pantalón y gracias al cielo recuperé las fuerzas, le dí un puñetazo tan fuerte que cayó al suelo. Los otros dos se abalanzaron, uno se ganó un puñetazo en el estómago y otro una patada en el pecho. Solo quedaba uno...y con la poca fuerza que habían mostrado los demás sería bastante fácil. Vi que tenía moratones de alguna pelea reciente en la mejilla. Me miró con una sonrisa maliciosa.
-Cuando quieras, reina-dijo escondiendo la risa.
Me cabreó, me cabreó y mucho. Fui a golpearle en la cara pero me cogió el puño y me retorció la mano. Yo dí un grito y con la otra mano le apreté los moratones, el se echó hacia atrás. No me quedé a ver que sucedía. Comencé a correr con el corazón desbocado. Parecía que lo había perdido pero ya no me fiaba. Con ese entretenimiento resbalé y me caí en un charco. Una corriente de dolor me surcó el tobillo. Un papel que comenzaba a empaparse cayó delante mía, me puse de rodillas y lo leí con horror.
          "TE ENCONTRÉ"
Miré en todas direcciones temiendo que en algún lugar ella estuviera esperando. Comencé a correr de nuevo haciendo muecas cada vez que me apoyaba sobre el tobillo izquierdo, que parecía que se me había torcido. Mirando para atrás crucé la calle y me choqué con algo evidentemente vivo.

-Mira por donde vas, rubia.
Un chico que me miraba con una sonrisa irónica. Era alto con el pelo rubio oscuro y me quedé mirando sus ojos eran tan...extraños pero a la vez preciosos, eran verdes con motas amarillas. Me hubiera gustado partirle la cara pero no tenía tiempo.
Me levanté y le miré enfadada.
-¿Algún problema?
-A parte de que se te ve todo...nada.
"Quizá si tenga tiempo para unos cuantos golpes..."
-Quita de en medio, niñato
-Me parece que no.
Sin saber como, aquel chico me cogió en brazos.
-¿¡Qué haces!? -le grité.
-Salvarte, no hace falta que me lo agradezcas-dijo irónico.
-No lo iba a hacer
-Lo sé. 

-¡Ahora bájame de aquí!
-Elisabeth, he visto a Colette.
Se me heló la sangre.
-¿Qué?-conseguí tartamudear.
-La he visto, si sigues corriendo en esa dirección la encontrarás, y estoy seguro de que un reencuentro tan bonito no te parece bien.
-Pues déjame en el suelo y me iré en otra dirección.
-¿Con un tobillo torcido?-rió el chico- dudo mucho que llegases a cruzar una calle sin que Colette te alcanzara.
Sin dejarme contestarle comenzó a correr mucho más rápido de lo normal. Me agarré con las manos a su cuello.
-Gracias...-le susurré al oído.
-De nada, rubia
-No me gusta que me llamen así.
-¿Y si te llamo albina?
-No soy albina
-Pues ve acostumbrándote a "rubia"
-Por cierto, tu lo sabes todo de mi...
-Todo -dijo él.
-Pero yo no sé nada de ti.
-Mi nombre es Flynn Hole, tengo 19 años. Tengo poderes como tu y lo sé todo a cerca de nuestro mundo, perdí de vista a mis padres hace tiempo. ¿Contenta?
-Bastante-dije sonriendo, Flynn no había parado de correr tan rápido como lo hacía normalmente, nos acercamos peligrosamente a una farola, mi tobillo chocó con ella, Flynn hizo un gruñido bajito y yo di un gemidito.
-Lo siento.
-No pasa nada.
Flynn miró hacia los lados. No había nadie en las calles.
-Esto no me gusta -dijo bajito.
-¿Qué ocurre?
-Los matones que te atacaron antes...se acercan.
-Oh vamos, eres más mayor que ellos.
-No quiero que te vuelvan a hacer daño
-¿Como sabes...
-Luego
En la calle aparecieron cuatro figuras. Flynn me bajó al suelo lentamente.
-Quédate detrás mía.
Yo asentí. Las cuatro figuras se acercaron. Los chicos fueron reconocibles al fin. Sonreí al ver que al que le había dado el puñetazo (el de mi clase) le sangraba la nariz y los demás estaban doloridos, menos el que me había retorcido la mano.
-La habéis liado -sonrió Flynn y corrió en dirección a los muchachos. De la mano de Flynn surgió fuego, yo dí un grito ahogado y los otros chicos se aterrorizaron.

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