Desperté en una celda parecida a en la que estuve y de la que me escapé
con Liz, estaba atada de pies y manos, y con una tira gruesa de celo en
la boca, pero aún así, era más fuerte, y no iba a permitir que estos
hombres acabasen conmigo, aún sin poderes, con el tiempo me había vuelto
fuerte, escuché a un hombre roncando fuera de la jaula, aparte de eso,
todo era silencio, aunque lo sospechaba, probé a hacer magia, y nada, ví
un cuchillo afilado a unos dos metros de mí, y poco a poco sin hacer
ruido, con la espalda apoyada en la desigual pared me fui acercándo,
mientras notaba como la roca se me clavaba y me desgarraba la piel,
cuando lleguéal lado del cuchillo, me giré con cuidado y lo cogí con las
manos, intentando sin exito no cortarme, fui serrando la cuerda, unos
minutos depués cayó al suelo, moví las agarrotadas muñecas, y con el
cuchillo empecé a cortar las cuerdas que me impedían andar, decidí no
quitarme la tira de la boca, podía gritar y no podía hacer ruido, me
levanté y me caí, estaba algo débil, me apoyé en la pared y poco a poco
fui dando pequeños pasos, con una horquilla que llevaba en el bolsillo,
silenciosamente abrí la puerta, cogí el cuchillo y se lo clavé en el
corazón a aquel hombre, mientras le tapaba la boca, no era el jefe, pero
no quería matar a nadie más, me llegó un ruido de la calle, como de
hojas arrastradas por el viento, y me empecé a sentir mejor, ví unas
escaleras, y probé a volar, para no hacer ruido, solo me elevé unos
centímetros, pero me mantuve en el aire, llegué a otra sala, y me
escondí detrás de unos barriles malolientes, al comprobar que estaba
sola subí la cabeza y ví una escotilla antigua, con un gran esfuerzo, y
haciendo demasiado ruido para mi gusto la levanté, salí gracias al viento que entró, y me encontré en una almena de un castillo
antiguao a muchos metros de altura, hacía muchísimo viento, me lancé al
vacío y volé hasta que ví un cartel, bajé a leerlo mientras empezaba a
amanecer era un idioma raro, pero lo entendí, ponía: Yemen. Estaba en la isla encantada de Yemen, y no sabía como salir, eso ya lo pensaría, pero ahora tenía que encontrara comida y agua, y quitarme esta asquerosa tira de la boca.
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