-¿Estas...estás segura de que quieres seguir viéndome?
-Aarón, puedo intentar odiarte pero no puedo, te quiero.
-Pero ayer...
-Aarón.
-¿Si?
-Bésame.
El asintió mordiéndose el labio y se inclinó hacia mí, hice que nos cayeramos en la cama.
-Lizzy, espera.
-No-dije quitándome la camiseta y besándolo, le mordí el labio y el me acarició la espalda con un dedo mientras el otro iba a mi pierna, metí su mano por su camiseta y el tembló a mi tacto. Llevé la mano deslizandola por el cuerpo hasta que llegué al cinturón. Él se separó de mí.
-No, Liz, esto es un error.
-No lo es.
-Liz, deberías odiarme después de lo de ayer.
-Ya te he dicho que no puedo...-dije acercándome pero el me sostuvo por los hombros suavemente.
-Lizzy...no soy un santo, no podré resistirme si sigues insistiendo...por eso no me lo hagas mas difícil, tengo que aprender a controlarme
-Llevábamos casi dos años sin vernos, claro que no te contuviste.
-Pero no es así, ayer fue a la fuerza.
-Pero yo te besé.
-No te diste cuenta de lo que hacías-dijo serio levantándose y saliendo por la terraza, se giró y me miró con ternura-adiós, Lizzy.
Y allí quedé yo, encima de la cama, mirando la terraza.
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