Colette me habia dicho.
Apenas cené y cuando me meti en la cama, empecé a tenblar, pensé en
decirselo a Will, pero no le queria molestar, alguien llamo a la
puerta y fui a abrir, era Will, me miro y se volvio a sonrojar, al ver
que llevaba la misma camiseta de la otra vez, por un momento me olvidé
de todo, pero al instante las palabras de Colette me pusieron seria,
le invite a pasar y acepto de buena gana.
-Will, hay algo que tengo que decirte- se puse serio y me respondio
con un simple:
-¿Si?
-Yo.. Aaron, aparecio hace unos dias, y nosotros... El... Pero fue muy...
-Liz, cariño, ¿quieres hacer el favor de terminar las frases?-
intentba aparentar tranquilidad, pero el movimiento de sus manos, las
gotas de sudor que perlaban su frente y su ligero temblar le
delataban.
-Yo.. Soy horrible, Aaron aparecio aqui la otra noche y yo te engañe,
lo siento mucho, de verdad, lo siento tanto...
Estaba muy serio, pero entonces me miro con amor, a pesar de que su dolor era palpable.
-Liz, ¿tu le quieres?
-¡No!- respondi enseguida- No lo se. Puede. Pero... Yo tambien te quiero a ti.
Will no dijo nada, se quedo quieto, inmovil, encimade la cama, de no
ser por su agitada respiración y el fuerte sonido de su corazon
latiendo a una velocidad temenda, podrìa haber pasado por una estatua.
-Pero... Añadi, aunque enseguida me arrepenti.
-¿Que?
-No fue... como contigo, el... no me dejo espacio, daba la sensacion
de que aunque no quisiese aquello, el lo iba a hacer.
Will se acerco a mi y me dijo:
-Mira Liz, yo te quiero, te quiero mucho, y sobretodo quiero que seas
feliz, pero yo no te puedo compartir, y por supuesto me gustaria que
te quedases conmigo, pero si le quieres, lo mejor sera que me vaya-
dijo- para siempre- añadió, y yo senti que la superficial felicidad
que habia sentido hasta ahora se resquebrajaba, desesperadamente
intente detenerle.
-¡Espera! -Grite- No te vayas por favor- dije con lagrimas en los
ojos- no me dejes -dije con un hilillo de voz mientras sentía su
mirada clavada en mi.
-No me iré aun, esperare a que te hayas decidido, te lo prometo.
Un poco mas aliviada, asenti, pero sabia que eso no iba a impedor que
mi mundo se hiciese trizas, igual que tapar un agujerovde un globo con
celo no evitaria que se escapase el aire, solo lo ralentizaria,
haiendolo aun mas doloros.
Me miré al espejo, los ojos inchados de retener las lágrimas las manos temblando en puños.
Acababa de dejar a Will, no quería volver a hacerle daño.
Con una camiseta azul oscura ajustadisima y unos pantalones quizá demadiado cortos salí a la calle con los bolsillos llenos de calderilla. Fui al bar mas cercano y vi a Eve, ya un poco borracha, la esquivé y me puse al otro lado.
-¿Que quieres, guapa?-dijo el camarero al otro lado de la barra.
-una cerveza, me da igual que marca.-dije arrojando unas monedas a la barra. El camarero me dio una...y otra y otra hasta que perdí la cuenta y pa visión se volvió borrosa. Una mano llegó a un sitio íntimo mío y me giré. Me sorprendí tanto como un borracho podría; el hombre que me había tocado era el mismo chico que nos había acosado a mi y a Eve en el instituto:Juanjo.
-No creí que fueras tú.-dijo un poco miendoso, recordando lo que le había ocurrido la última vez qur me vio.-¿donde está el chico de fuego?-preguntó refiriéndose a Flynn. No contesté, mi boca no quería abrirse. Juanjo se acercó a mí.
-Uau, te has puesto mas guapa estos años.-se acercó a mí y me besó, con rabia. Yo cogí una botella de cristal a tientas y se la estrellé en la cara. Él se apartó corriendo, su cara estaba llena de eridas. Todos crearon un corrillo al rededor, todos apostaban por Juanjo; era mas alto y musculoso. Dio un puñetazo y yo me agaché y le hice caer poniendole la zancadilla. Me levanté y levanté una mano. Juanjo se levantó como una marioneta, hice un movimiento brusco hacia un lado y el se estrelló contra la pared. Todos ahogaron un grito; nadie había visto a nadie controlar la sangre. Salí a zancadas del bar con todas las miradas puestas en mi y me di cuenta de que haría rsto que Eve se había ido. Comencé a caminar y al poco ya me había perdido. La vista se me nubló más y me habría caído si alguien no me hubiera sujetado por los hombros.
-¿Will?-dije con esfuerzo. La persona me abrazó y su fragancia me invadió.-No..Will no...Aarón.-dije como una niña pequeña escogiendo entre dos muñecos.
-Si...Liz ¿Qué demonios estabas haciendo?
- Will y yo...no...nosotros no...tu...si no hubieras aparecido yo no estaría así de borracha. Ojalá pudiera odiarte pero te quiero demasiado...-murmuré y sentí una lágrima en mi mejilla. Luego todo se difuminó.
-¿Que?
-No fue... como contigo, el... no me dejo espacio, daba la sensacion
de que aunque no quisiese aquello, el lo iba a hacer.
Will se acerco a mi y me dijo:
-Mira Liz, yo te quiero, te quiero mucho, y sobretodo quiero que seas
feliz, pero yo no te puedo compartir, y por supuesto me gustaria que
te quedases conmigo, pero si le quieres, lo mejor sera que me vaya-
dijo- para siempre- añadió, y yo senti que la superficial felicidad
que habia sentido hasta ahora se resquebrajaba, desesperadamente
intente detenerle.
-¡Espera! -Grite- No te vayas por favor- dije con lagrimas en los
ojos- no me dejes -dije con un hilillo de voz mientras sentía su
mirada clavada en mi.
-No me iré aun, esperare a que te hayas decidido, te lo prometo.
Un poco mas aliviada, asenti, pero sabia que eso no iba a impedor que
mi mundo se hiciese trizas, igual que tapar un agujerovde un globo con
celo no evitaria que se escapase el aire, solo lo ralentizaria,
haiendolo aun mas doloros.
Me miré al espejo, los ojos inchados de retener las lágrimas las manos temblando en puños.
Acababa de dejar a Will, no quería volver a hacerle daño.
Con una camiseta azul oscura ajustadisima y unos pantalones quizá demadiado cortos salí a la calle con los bolsillos llenos de calderilla. Fui al bar mas cercano y vi a Eve, ya un poco borracha, la esquivé y me puse al otro lado.
-¿Que quieres, guapa?-dijo el camarero al otro lado de la barra.
-una cerveza, me da igual que marca.-dije arrojando unas monedas a la barra. El camarero me dio una...y otra y otra hasta que perdí la cuenta y pa visión se volvió borrosa. Una mano llegó a un sitio íntimo mío y me giré. Me sorprendí tanto como un borracho podría; el hombre que me había tocado era el mismo chico que nos había acosado a mi y a Eve en el instituto:Juanjo.
-No creí que fueras tú.-dijo un poco miendoso, recordando lo que le había ocurrido la última vez qur me vio.-¿donde está el chico de fuego?-preguntó refiriéndose a Flynn. No contesté, mi boca no quería abrirse. Juanjo se acercó a mí.
-Uau, te has puesto mas guapa estos años.-se acercó a mí y me besó, con rabia. Yo cogí una botella de cristal a tientas y se la estrellé en la cara. Él se apartó corriendo, su cara estaba llena de eridas. Todos crearon un corrillo al rededor, todos apostaban por Juanjo; era mas alto y musculoso. Dio un puñetazo y yo me agaché y le hice caer poniendole la zancadilla. Me levanté y levanté una mano. Juanjo se levantó como una marioneta, hice un movimiento brusco hacia un lado y el se estrelló contra la pared. Todos ahogaron un grito; nadie había visto a nadie controlar la sangre. Salí a zancadas del bar con todas las miradas puestas en mi y me di cuenta de que haría rsto que Eve se había ido. Comencé a caminar y al poco ya me había perdido. La vista se me nubló más y me habría caído si alguien no me hubiera sujetado por los hombros.
-¿Will?-dije con esfuerzo. La persona me abrazó y su fragancia me invadió.-No..Will no...Aarón.-dije como una niña pequeña escogiendo entre dos muñecos.
-Si...Liz ¿Qué demonios estabas haciendo?
- Will y yo...no...nosotros no...tu...si no hubieras aparecido yo no estaría así de borracha. Ojalá pudiera odiarte pero te quiero demasiado...-murmuré y sentí una lágrima en mi mejilla. Luego todo se difuminó.
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