miércoles, 28 de agosto de 2013

=LIZ=

Fui corriendo al baño y me apoyé en la taza del vater mientras vomitaba. Cuand terminé tiré de la cadena y limpié la sangre de mis manos de la taza. No se me ocurrió vendarme, tenía un dolor de cabeza que me impedía  pensar, por eso me había cortado en las manos, para reaccionar a los gritos de Amber. Salí y llegué al pabellón donde había una especie de minibar y allí estaba Mike,  sirviendose un vaso de algo con demasiado alcohol. Me acerqué a él y le puse la mano en el brazo. Viò brillar las líneas de sangre por su brazo y reacciono.
-Liz...estás erida...
-Tranquilo. Mike...¿no nos emborrachamos Eve y yo por todos nosotros? Deja eso.
-Lo dejaré si me dejas vendarte las manos.
Asentí y el dejó el vaso que tenía pinta de haberse llenado unas cuantas veces, pero no las suficientes como para emborracharse. Nos sentamos en un banco y Mike trajo unas vendas. Cuando terminó,  las bendas ya comenzaban a volverse rojizas en la parte de las palmas y ahí me di cuenta de lo honda que era la herida.
-Gracias.
Mike me miró a los ojos y yo le devolví la mirada. de repente me estaba besando con tanta fuerza que si no me hubiera sujetado al banco con una mano me habría caído de espaldas contra el. Mi grito fue ahogado por el beso. Con la otra mano le sujeté el pecho, lo empujé hacia atrás y me sépare un poco.
-Mike ¿Pero qué haces?-dije más sorprendida que otra cosa. Él enterró la cara en las manos.
-Lo siento...es solo que...un bandazo emocional demasiado fuerte. No pretendía besarte.
Entonces lo comprendí.
-Eve.
-Si.
-¿Se lo dijiste? Ella está con Gabi.
-No...quiero decir...si..se lo dije pero lo había dejado con Gabi y nosotros nos acostamos pero luego dijo que quería a Gabi...la borrachera que llevaba...no me di cuenta...he metido la pata hasta el fondo.
Me acerqué a él, lo abracé y apoyé mi cabeza en su hombro.
Él se sorprendió, yo nunca daba esas muestras de afecto.
-Tienes que mirar adelante.
-Eso es fácil decirlo...tienes a Will.
-No... no lo tengo-dije cerrando los ojos, el mundo daba vueltas a mi al rededor. Procedí a contarle lo que había pasado en susurros.
-Lo siento, Liz
-No lo sientas, no es tu culpa. Mike, anímate, eres un buen chico, encontrarás a alguien.
-¿Tu crees?
Abrí los ojos y ví que me estaba mirando.
-¿Bromeas? Claro que si.-me levanté-tengo que irme, no te acerques al minibar.
Él sonrió y asintió.
Me fuí a mi habitación,  cogí el colgante y me lo puse, abrí las ventanas de par en par y me toqué el corazón de diamante. Al momento, entre mis brazos estaba Aarón, con una mano por mi espalda y otra acariciando mi pelo.
-¿Que quieres, princesa?-dijo dulcemente.
-Te quiero a ti.
-¿Sigues borracha?-dijo casi riendo.
-No, tengo un resacón horrible.-dije pasando mis brazos por su cuello. Me puse de puntillas y lo besé con ternura.

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